jueves, 4 de diciembre de 2014

El frío no congela las zafras.

La humanización de los cortes.

Mi abuelo materno picó caña, a mano, manos callosas y rudas, miembros muy alejados de su carácter católico, pausado y flemático.  Entonces corrían los años 70-80. Los tiempos eran más fríos, diría que los inviernos eran muy fríos y había que levantarse de madrugada para comenzar el corte antes de que saliera el sol y así aprovechar más la jornada. Si el frío era seco mejor, decían y está demostrado, que la caña alcanza mayor densidad en los azúcares.
José Guerrero regresaba al anochecer, cansado y al otro día una nueva jornada, igual. Enfundarse de madrugada en aquellas ropas que no se lavaban a diario, polainas y guantes fríos, llenos de espinitas no debió ser nada agradable, pero la responsabilidad de mantener una familia, el hogar llamaba antes que el viejo reloj Slava made in USSR.
Aparejar a Gregorio, su viejo caballo, tan noble como él, desayunar, pertrecharse del almuerzo y de alguna merienda eran parte de la rutina matinal, luego a cortar con la Guámpara (especie de machete recortado y de hoja ancha con más peso del habitual para facilitar el corte del tallo). En ese ajetreo se extenuaba.
Así fueron por años las zafras azucareras en Cuba hasta la llegada de las combinadas, un ingenio que humanizó los cortes y por ende incrementó el abasto de caña a las industrias. Hace años leí que los cortes manuales se eliminaban y que la tarea sería toda mecanizada.
En Banes los cortes de la contienda azucarera cubana deben iniciar el 17 de enero. Desde estos campos una decena de unidades productoras asegurarán cerca del 70 por ciento de la caña que exigirá el central Fernando de Dios de Tacajó para la venidera contienda azucarera. El ingenio tiene previsto moler unas 340 mil toneladas con un rendimiento industrial superior a 10 para producir más de 32 mil toneladas del grano. En ello va una cultura iniciada muchos años atrás y que aún persiste pese a los cambios de la tecnología y a la humanización de una tarea que en nuestro país inició en los trapiches a fuerza de latigazos en las negras espaldas de los esclavos traídos de África.

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