miércoles, 30 de septiembre de 2015

Doctrina y acción de la mano.



Encontremos la luz interior.
Doctrina y acción de la mano.
Por Orestes Díaz
La visita del Papa es historia. La mayoría le siguió, entendió, y simpatizó con su prédica. Ahora corresponde interpretar, razonar, procesar lo vivido y actuar acorde a la doctrina de Francisco, que es la misma de Jesús y de las santas escrituras; o lo que también es igual, dar valor a la vida, la justicia y a las relaciones humanas en todas las esferas. Debemos actuar como seres pensantes, sin malicia ni rencores. Y con esto no descubrimos un nuevo continente; es ir a las raíces de un camino que los humanos exigen, pero por el que no todos quieren andar. 

El amor en la familia decide.
Cristiano, católico o comunista, supuesto neutral o musulmán, todos podemos ser mejores, sin condicionamientos, entregando lo mejor, sin pedir nada a cambio.
Cuando todos dan, no hay que pedir, así de sencillo en teoría y difícil en la práctica generalizada. Son tiempos de cambios de mentalidad, en lo social, en lo individual, en lo universal. Aprender es maravilloso, no importa que sea de la Santa Biblia, del Capital o de las manifestaciones netamente artísticas, y si se hace de todas juntas, mejor.
Francisco y su mensaje bíblico no traen un universo nuevo, sino más bien pretenden crearlo. Su visita atrajo miradas, motivó a que algunos  abrieran los ojos y el corazón. Él enseña el camino a quienes nunca habían mirado en esa dirección. No considero que pida condiciones para ello; sino que reclama actuar mediante estímulos positivos y motivaciones; es la búsqueda incesante del hombre nuevo, sin olvidar lo viejo, para no perder la historia y para que no exista abandono de los más jóvenes hacia los predecesores.
Hay que amar a todos y ser flexibles con la vida.
En estos nuevos tiempos hay que ser condescendientes, tener luz larga y no perder jamás el agradecimiento, ese gesto tan humano que nos distingue como cubanos. Manifestar gratitud no es humillante, es de inteligentes. Sabemos que de todos los sentimientos humanos, el más efímero es precisamente la gratitud.
La vida te hace pasar por diferentes situaciones, sentimientos y estados de ánimo. Debes ser agradecido por lo que tienes. El ser agradecido en la vida da poder.  El poder de convertir las dificultades en oportunidades, los problemas en soluciones, las pérdidas en ganancias y sobre todo, de estar siempre rodeado de personas que te pueden hacer feliz. El agradecimiento no es pagar una deuda, es reconocer la generosidad ajena y reproducirla en lo posible.
Esta visita papal reafirma nuestros sueños pero con otro lenguaje. Es dar amor para encontrar amor. Dígase y váyase en paz. 

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