jueves, 2 de febrero de 2012

Reggaetón, letras hijas del mal gusto


Escuchaba a una chica cantar el estribillo de un reggaetón que decía más o menos así. “…Me dejaste como a un perro muerto”. Me la imaginaba: estirada, o destripada, tal vez llena de sarna, flaca, con garrapatas y quizás ya maloliente y con gusanos.

Realmente no entiendo esa música, que me perdonen quienes gustan de ella, quizás los acordes sean pegajosos, pero la letra casi siempre es horrible. Por sobre el perro muerto prefiero la flor marchita o con los pétalos caídos, son preferibles las letras que hablan de otoños, ocasos, desiertos de amor, lágrimas y heridas en el corazón incluso con flechas, gotas de sangre y todas esas frases que algunos tienen como cursis pero que son más bonitas y más musicales.
Los perros muertos son carroña y algo repugnante. Sabemos que las canciones protestas son agresivas, que responden a un origen y a una cultura que no es nuestra aunque ya hayamos adoptado una serie de géneros musicales foráneos que a veces enraízan por eso mismo: porque son "de afuera" y el reggaetón lo es.
No crítico tanto a quienes lo cantan, eso es su problema, sino a quienes lo interpretan como algo de buen gusto, lo tararean, lo viven, lo sienten y lo peor: creo que se atrofian. La pregunta sería: ¿Y ello no atrofia los sentimientos? Asociar el lenguaje vulgar y soez a lo estético, al gusto, a algo tan sublime como el baile y la música no es un remedio, es más bien una enfermedad.
Los giros gramaticales, símiles, prosopopeyas y demás para la música son válidos cuando son hermosos. Ricardo Arjona es un maestro, un ejemplo la canción “Por tanto amarte” del disco “Poquita Ropa” donde dice:
“Por tanto buscarte
resulté siendo yo quien no me encontraba,
me quedé perdido en la calle de la tristeza,
por tanto buscarte me olvidé de mí”.
Con esto no quiero dar una perorata, ni enjuiciar, solo compartir mi criterio con tanto derecho como el que tiene alguien de decir en una fiesta y hasta corear que “…le dejaron como un perro muerto o pásame por encima como si fueras un tren”.

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