martes, 8 de noviembre de 2016

Firo, vencedora del tiempo .

Los atletas entrenan hasta el agotamiento para alcanzar metas, marcas y establecer récords. Muchos ni se acercan al objetivo. En la comunidad de los Pasos Wilfreda Valdés Silva sin proponérselo cumplió 100 años de edad con una calidad de vida envidiable para personas mucho más jóvenes. “Me siento bien aunque ya la audición me afecta algo y la circulación en las piernas no es la mejor. Tengo dificultades para caminar pero estoy bien”.
Firo, como le dicen todos, tiene una claridad mental admirable. El pasado día tres de noviembre familiares y vecinos le celebraron el cumpleaños con globos, piñata, kake y hasta la coronaron como reina de la familia. Ella tiene un marcapasos que le ofrece vitalidad: “Ya voy por el tercer marca pasos, es algo difícil cuando lo ponen y eso me asusta pero luego me acostumbro y aquí estoy, estoy feliz rodeada de amor y gente que me quiere”.

Indagando en la fórmula para la “Juventud Eterna” me dijo: “no hacer disparates, vivir con deseos, la familia influye, es una felicidad muy grande. Anoche sentí gran alegría, sentí hasta dolor en el pecho
Digna, una de sus hijas.
cuando me dieron una serenata”.
Hay personas centenarias con muchas limitaciones, en el caso de Firo es diferente: “la memoria está bien, si tuviera el físico como la memoria sería genial porque la mente está perfecta, aunque hay recuerdos muy lejanos de la niñez, entonces tengo que pensar para acordarme de aquella época, recrear las maldades de mi hermano y las pelitas que mamá me daba, eran educativas, eran por pelear con mi hermano” –nos dice y esboza amplia sonrisa.
Digna Sánchez es la tercera de sus hijas. Casada con el periodista Alfredo Carralero, ofreció está crónica maternal: “Mami es lo más grandioso, su vida, estuve con ella en enfermedades y alegrías, viví con ella casi 50 años, luego me mudé para Holguín y a veces la tengo en casa, ahora es como una bebita, le damos los gustos y el amor que tenemos, pero aún me siento protegida por ella, ella exige, está al tanto como si uno fuera un muchacho y a veces hasta me dice -tú no me mandas-. Hay que tener amor, comprensión y entender, somos huérfanos de padre desde pequeños y tratamos de evitar conflictos que como en cualquier familia puedan surgir. El médico la encuentra bien, solo algunos problemitas en la circulación y bueno tiene un marcapasos pero ahí está sin perder el estatus de
    cabeza de familia”.
Alcanzar la centuria de vida es difícil, algo de pocos y quienes lo logran lo han hecho no siempre por amplias sendas adornadas de flores porque la vida también tiene tortuosos caminos pero cuando el amor prima el ser se sobrepone y puede mirar hacia atrás para mostrar lo positivo de la existencia y legarla a quienes desean aprender de la sabiduría.
Firo dice que la educación de los jóvenes debe ser con respeto y con afecto, hay que cuidar de los pequeños y aún recuerda estampas de la niñez. “Tuve un accidente, tenía 5 años, corriendo me caí y casi la pierdo la lengua, me cogieron 3 puntos y cuando llegué a casa pedí una huevo pasado por agua y me lo comí. Jajaja. Parece que la vida no quería que hablara más y es algo de lo que mucho hago. Hablar es parte de mi vida, jajaja.
“También leo mucho, lleno crucigramas, leo el periódico, me gustan las entrevistas, me gustan los versos, leo recetas de cocinas, letras de cartas. Leía la Biblia porque tengo mucha fe en Cristo. Aún me gusta hacer labores en el hogar aunque casi no me dejan, limpio los granos, el año pasado limpié manualmente dos arrobas de frijoles, lavo mi ropa interior, pelo los dientes de ajos y friego a veces”.
Nini es vecino de Firo y sobre ella dice. “Mi esposa es sobrina de ella, Firo siempre me conoce, por la voz, porque siempre le acaricio el pelo, es una ancianita que razona como joven, le satisface que le saluden, cuando se sienta en el portal de la casa saluda a quien transita por la calle”.
Los puntos de vistas varían de generación en generación pero cuando todos coinciden es señal de que no hay erratas. Gladis y Nayla son nietas de Wilfreda. La primera habanera, la segunda reside en Alemania pero para nada difieren.
Gladis Reyes es de fino hablar, preparada y locuaz: “de abuela podemos decir muchas cosas, es un gran legado para la familia, vivir en el campo entraña trabajos y ella lo hace desde pequeña. Pese a todo tiene una familia bien bonita y prolífera a la cual aportó mucho desde hijos hasta a tataranietos. Es un gran regalo para nosotros.
“Una vida de amor, recta y fundamentada en valores y unidad, por eso estamos aquí. Es más que 100 años, es un legado de patrimonio familiar que quedará en la memoria de todos. Abuela Firo es un aporte para siempre”.
Para Nayla Sánchez su abuela es el centro de la familia. “Desde que tengo conocimientos está ahí con nosotros y que llegue a 100 es un honor y más con lo clara que está. Yo puedo decir mucho de ella porque viví a su lado mucho tiempo mientras Edita mi mamá estudiaba, entonces me dio pescozones, le di sustos y esas historias hoy nos dan risas. Con su ternura nos guió por el camino correcto. Yo la amo”.
Hablar con Firo se torna agradable, no se nota la diferencia de edad, ella sabe transportarse por el escenario de la vida sin quedar rezagada, parece que el tiempo le abriga para llevarla consigo. Para nada la deja atrás. Ella gusta llenar crucigramas en revistas y otras publicaciones pero más lo sabe hacer en el enigma de la existencia para coronarse como vencedora del tiempo.



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