jueves, 29 de mayo de 2025

 

El periodista no hace historias, él las cuenta. Pero antes las vive, las ve y las escucha. Una profesión bonita, a veces no tan agradable, pero ¿Y cuál no es así? Puede usted escuchar un suceso una y otra vez y apenas le da trigo, como se dice en el argot periodístico. En cambio, ocasiones un gesto, tres palabras o una aparentemente simple acción, le da ideas y motivaciones para llenar tres cuartillas.

Escuche a Javier Díaz, por un buen período de tiempo. Parte de su vida, peripecias, buenas y malas sendas que le puso la vida, pero siempre trató de salir airoso y él cree que lo logró. Yo pienso semejante.

Javier comenzó su vida laboral con apenas 17 años allá por Río Seco, casi tenía igual edad que sus pupilos. Sin embargo, se afianzo en cultura como muchas cosas, entre ellas programador. Posiblemente más de 300 actividades en un mes. Cursos, escuelas, talento, amor por la innovación. Sensibilidad. Alguien una vez lanzó desde un piso superior a un pequeño perro, el can quedó vivo de milagro. El suceso le sirvió para realizar su primer escrito. En una especie de festival resultó abrumador el impacto del mismo. Paró casi las tres mil personas presentes en el escenario.

Hoy Javier no ve. Perdió la vista. Pero dice no sentirse solo, aunque a su familia no la tiene cercana. Le acompaña la radio. Esa es una de sus principales compañías, una especie de universidad, según él, a la cual felicita.

Javier tiene dos grandes preocupaciones. Una: los radios aficionados del municipio de Banes, sin local fijo. Un mal que critiqué cuando inicié como estudiante de periodismo. Hoy perdura. El tiempo, el entorno y las realidades han mermado aquella sociedad de comunicadores que eran movilizados ante catástrofes, procesos eleccionarios y otros grandes eventos, como cuando la visita del papa Juan Pablo segundo. 

Javier estuvo en el contingente agrícola Cinco de Mayo, en Poso Blanco, allí mantenía su hobby de radioaficionado. Hoy existe una disgregación de los miembros más allá de la llegada de la telefonía celular.

La otra gran preocupación es la Pista Móvil. Un símbolo de muchas generaciones de banenses. Caída en desgracia por tantas causas. En ella Javier perdió parte de su audición. Añorando recordaba a Carlitos, chofer y vida de aquella guagua. Coberturas, actos, desgracias y alegrías, carnavales en disímiles geografías. Y la alegría de los banenses. Era una época, su época. La de quién se preguntará usted? La de ellos, los de aquel equipo de trabajo que era bien venido cada sábado, la época del ómnibus y la de los banenses.

Javier acompañado por la radio, siempre. Banense hasta la médula, orgulloso de ser de aquí. Vive en calle coco. Aprovecha a la radio para seguir aprendiendo y conociendo desde su casa. Recordando las ferias que se organizaban detrás de la casa de la cultura, frente a la casa de la cultura.

Javier directivo, anirista, inteligente, colaborador nuestro, hoy sin visión y con menos escucha en sus oídos, pero ni sordo ni ciego de corazón.

 

 

El periodista no hace historias, él las cuenta. Pero antes las vive, las ve y las escucha. Una profesión bonita, a veces no tan agradable, pero ¿Y cuál no es así? Puede usted escuchar un suceso una y otra vez y apenas le da trigo, como se dice en el argot periodístico. En cambio, ocasiones un gesto, tres palabras o una aparentemente simple acción, le da ideas y motivaciones para llenar tres cuartillas.

Escuche a Javier Díaz, por un buen período de tiempo. Parte de su vida, peripecias, buenas y malas sendas que le puso la vida, pero siempre trató de salir airoso y él cree que lo logró. Yo pienso semejante.

Javier comenzó su vida laboral con apenas 17 años allá por Río Seco, casi tenía igual edad que sus pupilos. Sin embargo, se afianzo en cultura como muchas cosas, entre ellas programador. Posiblemente más de 300 actividades en un mes. Cursos, escuelas, talento, amor por la innovación. Sensibilidad. Alguien una vez lanzó desde un piso superior a un pequeño perro, el can quedó vivo de milagro. El suceso le sirvió para realizar su primer escrito. En una especie de festival resultó abrumador el impacto del mismo. Paró casi las tres mil personas presentes en el escenario.

Hoy Javier no ve. Perdió la vista. Pero dice no sentirse solo, aunque a su familia no la tiene cercana. Le acompaña la radio. Esa es una de sus principales compañías, una especie de universidad, según él, a la cual felicita.

Javier tiene dos grandes preocupaciones. Una: los radios aficionados del municipio de Banes, sin local fijo. Un mal que critiqué cuando inicié como estudiante de periodismo. Hoy perdura. El tiempo, el entorno y las realidades han mermado aquella sociedad de comunicadores que eran movilizados ante catástrofes, procesos eleccionarios y otros grandes eventos, como cuando la visita del papa Juan Pablo segundo. 

Javier estuvo en el contingente agrícola Cinco de Mayo, en Poso Blanco, allí mantenía su hobby de radioaficionado. Hoy existe una disgregación de los miembros más allá de la llegada de la telefonía celular.

La otra gran preocupación es la Pista Móvil. Un símbolo de muchas generaciones de banenses. Caída en desgracia por tantas causas. En ella Javier perdió parte de su audición. Añorando recordaba a Carlitos, chofer y vida de aquella guagua. Coberturas, actos, desgracias y alegrías, carnavales en disímiles geografías. Y la alegría de los banenses. Era una época, su época. La de quién se preguntará usted? La de ellos, los de aquel equipo de trabajo que era bien venido cada sábado, la época del ómnibus y la de los banenses.

Javier acompañado por la radio, siempre. Banense hasta la médula, orgulloso de ser de aquí. Vive en calle coco. Aprovecha a la radio para seguir aprendiendo y conociendo desde su casa. Recordando las ferias que se organizaban detrás de la casa de la cultura, frente a la casa de la cultura.

Javier directivo, anirista, inteligente, colaborador nuestro, hoy sin visión y con menos escucha en sus oídos, pero ni sordo ni ciego de corazón.

 

 

Cambiar de mentalidad es un tema que obliga a hacer muchos trabajos en torno a ese propósito. No es fácil, pero tampoco debe ser tan difícil. Es una necesidad y puede ser tal vez una motivación. Salir del bache, a decir del cubano antiguo, ponerse a la onda de estos tiempos. Usar las nuevas tecnologías para el diarismo tal y como la emplean algunos para matar el tiempo en detrimento a cumplir con las obligaciones.

El sector privado, el compuesto por personas inteligentes y emprendedoras emplean la red de redes. Revolico Banes es un ejemplo que muestra muchas cosas. Algunos quizá tilden el sitio como algo negativo, para otras personas es algo muy bueno, amén de que la idea es excelente. Es una creación humana y bien empleada resulta genial.

A Revolico lo recuerdo cuando se instauró la televisión en Banes, apenas había internet, si no me falla la memoria, el servicio lo poseíamos la televisión, la radio y etecsa. Fuimos los pioneros, luego vino una prueba de conexión gratis que afectó la conectividad. Fue mucho el tráfico para aquella incipiente tecnología. Y en lo adelante creció y creció hasta lo que es hoy.

Revolico oferta servicios y productos, no hablo de procedencias ni de calidad. Hablo de la idea y sus posibilidades. Igual alabo las entregas a domicilio. Recuerdo haber leído y visto a Palmares en algún momento realizar ofertas a domicilio en la capital cubana. 

Parte del sector privado lo hace, unos cobran por ello, otros adjuntan el precio al paquete. Un kake para una fecha especial, una zapatera, cualquier otro producto y no tienes que salir de casa. Las entidades estatales no lo hacen, es cierto que no tienen transporte y no creo que un trabajador, de forma gratis, ponga a disposición de una entidad su transporte a cambio de nada. Si lo hace y cobra ya podría ser una ilegalidad y todo lo que se deriva de ello. Lo coge un inspector y a volina ganancias y todo.

El sector privado es un cambio de mentalidad, a esa también se refiere el término. Cambiar de mentalidad es para todos. Y un estatal por qué no puede promocionar sus servicios en la red de redes. Habrá alguna ley que lo prohíba. Incuso hay directivos que poseen teléfonos corporativos. Alguien me decía cuando hable de la idea previo a traerla aquí, pero ni a la radio vienen y esta sí que es gratis.

Una dependienta puede pasar casi todo el tiempo o una parte de él conectada, chateando, subiendo y bajando archivos a internet, revisa Revolico y sin embargo no sube lo suyo. Salvo excepciones, Palmares, los Hoteles, Materias Primas, la Unión Eléctrica y Etecsa, por supuesto.

La radio tiene su página y audio real, aunque este último con problemas en los últimos tiempos por la técnica. Vemos a colectivos que suben imágenes de actividades recreativas, pero puede subirse más, desde la presencia del ron Fraile hasta las croquetas, picadillos o aguacates, ahora que inicia la cosecha.

Eso es una manera de hacer marketing, es promoción y hasta una motivación para crecer y que surjan ideas, para adaptar otras. Está demostrado que el inmovilismo no da nada, los tiempos cambian, la mente no puede quedar en los años 90. Las opciones y herramientas hay que adaptarlas para bien. Es casi imposible volver atrás y cambiar el principio, pero si se puede comenzar desde donde estás y cambiar el final. ODG

 

 

 

 

.

 

Papá, papi, papucho, papito, , viejo… distintas palabras para referirse al hombre que nos dio la vida y que nos formó como personas. Hay padres biológicos, cuyos hijos llevan su sangre, y hay papás del corazón, que brindan un amor paternal tan válido e incomparable como el de quienes engendraron a sus hijos.

Un verdadero padre es aquel que hace lo imposible para que a su hijo no le falte nada. Es aquel que lo protege durante su infancia, lo aconseja en su adolescencia y juventud, y lo acompaña en su adultez.

Un buen padre sabe decir que no y entiende que satisfacer todos los caprichos de su hijo es hacerle un mal. Un hijo, por lo tanto, debe saber reconocer lo que hizo, hace y hará su padre para lograr su bienestar. El hijo, posiblemente, en algún momento se transforme en padre, y entonces podrá comprender muchas cosas de su progenitor.

Aunque en muchos países cristianos el Día del Padre se celebra el 19 de marzo (Día de San José, en recuerdo al padre de Jesucristo), hay otros que dejan el festejo para junio. El 17 de junio es la fecha elegida por El Salvador, Guatemala y México, mientras que el 23 se festeja en Nicaragua. Para muchos otros países latinoamericanos, la fecha indicada es el tercer domingo de junio (Argentina, Chile, Colombia, Costa Rica, Cuba, Ecuador, Panamá, Paraguay, Perú, Puerto Rico y Venezuela).

 

 

Nota 2. Orestes. Dic. 30.

Dice una definición que Los Cubanos beben en la misma copa la alegría y la amargura. Hacen música de su llanto y se ríen de la musica .Toman en serio los chistes y hacen chistes de lo serio. No creen en nadie y creen en todo. No se les ocurra discutir con ellos jamas! los cubanos nacen con sabiduria. No necesitan leer, todo lo saben! No necesitan viajar todo lo han visto!

"Individualmente los cubanos se caracterizan por su simpatía e inteligencia y en grupos por su griteria y apasionamiento. Cada uno de ellos lleva en si la chispa de los genios.

"No se les hable de logica,pues eso implica razonamiento y mesura,son hiperbolicos y exagerados. Por ejemplo,si invitan a uno a un restaurant a comer,no es el mejor de el pueblo,sino el mejor restaurant de el mundo.

"Cuando discuten,no dicen:No estoy de acuerdo contigo,sino:Estas completamente equivocado!  Aman tanto la contradiccion que llaman ' monstruos' a las mujeres hemosas y 'barbaros' a los eruditos.

"Ofrecen soluciones antes de saber el problema. Para ellos nunca hay problemas. Y es que el cubano amigo es único en el mundo, y aunque estemos en diferentes partes el cubano no olvida sus raíces y las cualidades que lo caracterizan siguen siendo iguales.

De todas formas somos nobles, laboriosos, solidarios, bromistas, amantes de la música y lasfiestas, con un espíritu de cooperación que rebasa las fronteras.

 

Nota 3. Orestes. Dic. 30. 2016.

Los cubanos somos buenos anfitriones al extremo de quitarnos lo poco que tengamos para agasajar a cualquier visitante, pero eso sí: intransigentes y audaces en lo tocante a la soberanía nacional porque ahí no caben arreglos ni componendas, eso ni se discute.

Así somos los cubanos: hombres y mujeres que en la cotidianidad  y por antonomasia, apenas sin caer en la cuenta, portamos las virtudes que definen nuestro distintivo que nos diferencia en cualquier parte.
Somos los que hablamos en voz alta en cualquier lugar y acerca de
cualquier tema; agitamos las manos como si pareciésemos enojados y, en cambio, lo hacemos así solo por temperamento.
Si alguien nos visita a cualquier hora, enseguida "plantamos" la
cafetera que en nuestro caso es un brindis por la amistad y signo de
buena acogida hogareña. Nos gustan el lechón asado, el congrí, los
moros y cristianos y la yuca con mojo; también la cerveza y el ron.

Para los postres comemos de todo, sin olvidar que nuestro sello de
sobremesa pasa por el flan de calabaza, un dulce de boniato o un
majarete calientico o al tiempo si nos "sopla" un frente frío.

La cubanía también se caracteriza por la ayuda entre vecinos y el
auxilio a quien lo necesite, incluso tratándose de personas
desconocidas, ya que el más genuino humanitarismo no entiende dedistinciones.  Es por esto  que cuando vamos a cualquier parte del mundo enseguida nos reconocen y se nos multiplican amistades que ríen y disfrutan con el típico modo de expresarnos.

Nota 4. Orestes. Dic. 30.

Hablando de los cubanos podemosa decir que somos depositarios de una tradición rica y diversa, ese ajiaco inmaterial definido como cultura cubana que merece protección y mimo, de la misma manera como un hijo o una hija cuidan de su madre; así como se custodia con celo un tesoro que a todos y cada uno de nosotros
pertenece dándonos razón de ser.

Hablamos en "cubano", una variante original del español o castellano con sus giros y expresiones propios, heredados muchos de nuestros aborígenes, así como del antecedente africano y de los laboriosos asiáticos que dan sazón a este sabroso y único plato cultural.

Por estas razones y muchas más, y sin que se nos tilde de chovinistas, -porque en nada lo somos- sentimos el orgullo de ser así: ni mejores ni peores, pero sí patriotas al extremo de arriesgar nuestras vidas por todo lo que somos, tenemos y amamos; por esa riqueza espiritual y material innegociable que resumimos como venerables símbolos en nuestra bandera de la estrella solitaria, el escudo y el himno que nos estremece la piel cada vez que lo entonamos.
Así es nuestra Patria: nacional y universalmente hospitalaria, tal
como su legendaria Santiago de Cuba, cuna de la nacionalidad, y así es desde San Antonio a Maisí de hospitalaria, rebelde y heroica. Así somos los cubanos.