martes, 1 de marzo de 2011

Congreso de pueblo.

Desde la época de la colonia en Cuba existe una cultura ya ancestral porque nuestros hijos sean médicos o abogados. Esas eran profesiones típicas de la alta clase y ello lastró con el tiempo. Hoy el número de jurídicos y galenos es alto aunque no sea un problema, al contrario.
Con el decursar del tiempo y la justeza de nuestro sistema social la gama de profesiones ha crecido y ampliado. En un inmenso número de familias existen intelectuales de diversas profesiones y no resulta un problema.
En lo adelante las plazas laborales exigirán el máximo de profesión, capacidad, titularidad, habilidades  y conocimientos entre otros sinónimos. En la parada, cuando venía para el trabajo escuché a una madre que le exigía a su hijo estudiar y estudiar para que no fuera revendedor de yogurt o de pasteles y eso está bien. Ello demuestra como la población asume la necesidad de implementar el proyecto de lineamientos de la política económica y social  discutida a nivel popular primero y que debe ser aprobada en el Sexto Congreso del Partido a celebrarse en el venidero mes de abril.
No se trata de ir a la escuela por ir, ni a cumplir con un horario, se trata de aprender para cuando llegue el momento demostrar cuanto se ha aprendido, cuanto hemos desarrollado el intelecto para ser mejores e ir a la universidad o al técnico medio a aprender y no a aprobar un examen que cuando el estudiante sale del aula no sabe qué contestó.
Ser puntero en lo suyo es lo ideal. Un vecino, carpintero por demás, me ha dicho que cada cual debería ser profesional en lo suyo, el barrendero en el arte de limpiar, el mecánico en asegurar el funcionamiento de un equipo y también el campesino, quien debe conocer de lunas, mareas, cosechas, medidas y pesos entre otros tantos aspectos que rigen esa cultura. Eso sería lo ideal y será una realidad.
No se equivocaron ni la madre del niño ni el carpintero ni se equivocan quienes piensen como ellos. Cuba debe cambiar y desde ya lo hace. El Congreso del Partido ya comenzó con las preparatorias. El pueblo se informa y asume lo que es una necesidad. Es su necesidad, es su proyecto y su política.
“A dios lo que es de Dios, al César lo que es del César” reza un antiguo proverbio y a cada cual la plaza que se merece. Los cambios oponen resistencia  pero son necesarios. Este es un pueblo instruido que razona, conoce y sueña con un futuro mejor que debemos hacer nosotros mismos.
Desde un lado criticamos, exigimos, razonamos y también ofrecemos puntos de vistas positivos, pero cuando estemos del otro lado entonces debemos y tenemos que asumir las críticas, los razonamientos de los demás y los puntos de vistas. Es el equilibrio de la vida, del planeta, de la existencia y de la Revolución. Es lo lógico y será lo histórico. Es un momento que quedará para el futuro y del cual formamos parte. Hagámoslo. El compromiso está. El agradecimiento vendrá para quienes piensan como la madre del niño, como el carpintero y como todos los que razonen con la lógica del congreso. No es un acto de fuerza, es reflexión, entendimiento y llamado. Es nuestra vida para el hoy y para el mañana.


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