lunes, 28 de febrero de 2011

¿Dónde está la cultura del ahorro?


La época de los años 80 era de bonanza y pese a que había casi de todo se hacían campañas de ahorro y en verdad la gente ahorraba, había quien pagaba el pan con centavos o la leche y hasta la merienda podía ser adquirida con aquellas diminutas moneditas, así mismo como lo lee, con quilos, como le decíamos a las piezas más pequeñas de nuestro sistema monetario y no era vergüenza.
Hoy los quilos cuando aparecen se botan o no se repara en ellos pese a que la economía mundial está en problemas. Oiga, es paradójico. Pese a que el salario hay que llevarlo muy bien y hay que estirarlo,  en Cuba el ahorro ya no es parte de nuestra cultura, casi que se perdió a diferencia de los chinos o los gallegos.
Un elemento sobre el que se debe tratar es el ahorro energético que al final se revierte en monetario porque el servicio no es gratis y seguirá subiendo tarifas a quienes más gasten.
En la cocina se baja una olla y mientras se preparan las especias, se pica el embutido o se arregla otro ingrediente la hornilla se deja encendida, pero si el teléfono en ese momento suena allá vamos y la hornilla sigue gastando corriente y también dinero, si ahí mismo el niño dice que tiene deseos de hacer algo o que quiere leche y ya…………… se olvidó la hornilla y así mismo ocurre cuando se calienta el agua del baño que a veces hierve, hierve, hierve como si se fuese a pelar un cerdo. Al final quien queda hirviendo es la billetera dentro del bolsillo.
Igual sucede con la plancha, con la puerta del frío que se queda abierta, con la luz del portal que a las 12 del día aún está encendida, se despilfarra con las luces del cuarto  cuando estamos mirando la tele o en el baño y viceversa.
Entonces cuando usted reclama o lo señala le dicen, ¡Una luz fría no gasta nada!,Pero oiga, cinco minutos de hornilla, cuatro horas de luz frías, un minuto de puerta de congelador abierta, tres minutos de la plancha mientras atendía a una vecina más el ventilador que se olvidó apagarlo en el ajetreo de preparar a la niña para la escuela consumen, de verdad y suman y ello equivale a gastos, a dinero. Eso es en el ámbito personal y familiar.
Este despilfarro sucede en cualquier hogar nuestro, no hay que ir al cosmos, sucede que a veces en la premura y en el corre corre rutinario del diarismo no se ve y cuando se ve no se repara y cuando se repara decimos: ¡Bah! ¿Qué voy a hacer? Pues mire, ¿Sabe lo que va a hacer?: Pagar más ¿Que le parece?
Imagínese este semiconflicto entre despilfarro y ahorro a nivel del país. ¿Cuánto se malgasta? La corriente no se guarda en cuentas bancarias ni en billeteras, pero eso son problemas técnicos que ahora no vienen al caso, lo que sí viene al caso es que si la gasta quien la paga es usted. Evite el ¡Ay mi madre! y estire el salario un poquito más. Ahorrando es posible porque sí es posible ahorrar. Pruebe y verá.

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