sábado, 12 de abril de 2014

Más allá del timón.

El sábado es un día difícil para tomar un ómnibus. Estudiantes que regresan a casa, personas que van de fiesta, otras que asisten a la feria para asegurar los alimentos de la semana, en fin es la jornada de mayor movimiento de personal en Banes. Sin embargo este último sábado pude tomar un ómnibus prácticamente vacío, el conductor era Aulogelio González Tamayo, chofer de la base de Transportes Escolares de esta localidad. En realidad un nombre extraño pero un alma bondadosa, lo demostró cuando en una parada se incorporó de su asiento para ayudar a subir a una anciana a la que luego de sentarla elogió como si fuese una niña.

La acción me tomó desprevenido por lo inusual y no acerté a tomar la instantánea la que si fue posible cuando la dama fue a descender el ómnibus. En el diálogo Aulogelio afirmó  “no puedo ver eso y quedarme así sentado” Palabras simples de un chofer pero que entrañan una gran filosofía y humanismo para nada abundante en este mundo.
Sin embargo no siempre las buenas acciones son recompensadas,  minutos más tarde cuando arribamos al destino ofrecí la mano a otra señora de marcada edad y esta me ignoró, no apreció el gesto. Quizás no lo conocía. De todas formas cultivemos la solidaridad  aunque no reparen en ella.

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