miércoles, 25 de mayo de 2011

¿Reportaje desde un árbol?

Me gusta leer, para mí es una necesidad casi vital y leyendo he visto cada títulos que asombran por ingeniosos, disparatados y algunos sin aparente lógica. Recuerdo en mis años de estudiante en la universidad de Oriente a uno  “Mañana fue la guerra” Pero no voy a hablar de guerra, sino de paz, de vida, creación y amor. Mi trabajo lo titularía “Reportaje desde un árbol” pero lo más bonito es que no será un reportaje.
Todos los días nos llegan informaciones de las miles de hectáreas que desaparecen a diario en el Amazonas que si no se cuántas especies de animales se extinguen semanalmente y así y sin embargo no existe la debida reacción. Los árboles son especiales, dan oxígeno, hogar a los animales, sombra, verdor, estética, frutos, ayuda al suelo y muchas muchas otras cosas buenas.

Imagínese cuantos avatares debe pasar una planta para ser adulta, casi como un humano. Primero la semilla, que sea de calidad y que el suelo sea fértil o compatible, luego que llueva para que germine, después no ser pisada, arrancada o comida. Se impone sobrevivir entre otros árboles mayores que no le permiten desarrollar debido al exceso de sombra y sobre todo subsistir ante una mano despiadada que lo mismo corta un guao, un cuyá o un cedro. Entonces hay que admirarlos.
No se trata de hacer campañas, ni trabajar domingos completos sembrando y luego al olvido. Entonces la subsistencia se hace casi nula. La reforestación no es de campañas, es de conocimientos y amor, mucho amor. No es llenar los lados de las carreteras con variedades como naranja agria o almendras, mejor sembrar otras especies útiles.
Existe una frase que se atribuye a José Martí y que dice tres cosas debe hacer un hombre en la vida: tener un hijo, escribir un libro, plantar un árbol. Y es muy bueno que exista la motivación por plantar un arbolito, pero es mejor si además preservamos los árboles que aún están en pié.
Regar, no lastimarlo, hacerle el ruedo para que pueda juntar la mayor cantidad de agua, y, si quieres y puedes, háblale que, aún cuando no hay nada ni nadie que pueda demostrar que ellos utilizan las palabras para comunicarse, nadie puede demostrar lo contrario. Tampoco se ha demostrado qué sienten cuando estamos con ellos y, menos aún, cuando tomamos su sombra.
Decía Silvio en una de sus canciones "Los hombres sin historia son la historia. Grano a grano se forman largas playas y luego viene el viento y las revuelve, borrando las pisadas y los nombres." Y sin embargo los árboles quedan y hasta con grabados en la corteza. Eso lo digo yo.

Las plantas son más humanas que muchos humanos, no niegan la sombra, ni el fruto, no discriminan razas ni sexos, no son violentos, no ofenden no gritan. Debemos tener en cuenta que al incendiar los árboles no solo incendias madera, sino también la vida, que los incendios forestales son consecuencias brutales. "Ver a una planta quemarse es igual que ver a un familiar en llamas; es un ser vivo!!  Si los árboles hablaran sus gritos se escucharían en todos lados. Cuando ellos se acaben, nuestra existencia se irá".Concluyendo las plantas sienten, la única desventaja para ellas y ventaja para el hombre es que no tienen boca. Entonces si sienten el daño que les hacemos, ¿Por qué el hombre no?

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