domingo, 1 de mayo de 2011

Primero el titular.


Banes marchó unido. El desfile por el Primero de Mayo fue bonito, organizado, entusiasta, vivaz;  una mezcla de generaciones, dígase un pueblo. Aquí se cumplió lo que debe ser la fecha: una fiesta proletaria popular.
¿Cuántas personas desfilaron? No lo sé, pero fueron miles, ancianos, niños en coches, matrimonios, bolivianos que cursan estudios de medicina y algunas personas con sus mascotas, campesinos, estudiantes, profesores, recogedores de basura, todos los sindicatos, una marcha tan variada como los rostros y cuerpos que se aúnan en torno a la idea de seguir unidos y de producir con eficiencia para salir adelante.

Los colores fueron como el arcoíris, predominando el rojo, la mañana fresca, un mar de banderas cubanas, la brisa agradable y en la tribuna directivos sindicales, políticos, del gobierno e invitados. Allí estaba Alfredo Guerrero, Héroe del Trabajo de la República de Cuba con su carga de méritos y conocimientos al frente de la Cooperativa de Producción Agropecuaria del poblado de Flores.
 En esta fiesta de pueblo también se muestra la imaginación y la voluntad de quienes habitamos este terruño nororiental cubano. Las pancartas fueron ricas en mensajes, exigiendo paz, la libertad a los cinco cubanos encarcelados en Estados Unidos por luchar contra el terrorismo, la gente exigiendo el cese del bloque norteamericano contra Cuba, que nos dejen desarrollar, que se cumpla el derecho internacional a la libre voluntad de las naciones.
El Primero de Mayo aquí es fiesta  y motivación para los niños y los adultos, la gente se prepara, se perfuma y las mujeres hasta se arreglan el pelo el día antes y las uñas para asistir a la fiesta grande. Así somos, claro que hay quien no nos entiende, pero nosotros sí y no cambiaremos de cultura aunque sí haremos las transformaciones necesarias para una Cuba mejor, hecha por nosotros y con el corazón abierto al amor y al mundo.
Ah y no se me olvida, acabado el desfile comienza la fiesta, en el Parque Martí, en el Cárdenas, en las calles, donde haya sombra o sol, no importa, lo esencial es que reina la alegría y la tranquilidad porque como ya le dije:  así somos felices aquí.

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