jueves, 19 de mayo de 2011

Ser buena gente.

Alguien me pidió que hablara del “buena gente” no sobre quien hace referencia la canción de los Vanvan que dice soy buena gente, tú sabes que no soy malo, presto lo mío y lo bueno lo regalo. No, así no, así cualquiera es buena gente.

El buena gente verdadero escasea, es casi una especie en peligro de extinción, porque para ser así es necesario ser bueno, no maltratar, ser una persona desprendida de lo material. El buena gente es humano, servicial y hay gente así, me decía una compañera de trabajo, mira para escribir puedes tomar de prototipo a Lizardo, un operador, alguien a quien no es posible imaginar tirando platos ni ofendiendo. Aunque bueno

¿Quién sabe? Jajaja.
Hay personas que son lo que decimos buenas, por que son amables, solidarias, cuidadosas, comprensivas, pacientes y amorosas, estas son algunas de las palabras que vienen a la mente cuando enumeramos las cualidades de una buena persona.  Pero ojo, cuidado, la autentica bondad no es ñoñería. Ser bueno no significa ser bobo. Los hay que son buenos porque no saben ser malos. Es realmente bueno el que pudiendo ser malvado no lo es. La bondad no es la mera ausencia de maldad. La bondad se conquista y supone una batalla ganada a la maldad.
Conviene redescubrir el valor de la genuina bondad. La verdadera bondad del corazón que debe trabajarse a diario, ella implica una lucha constante contra el mal y es, a su vez, una actitud recia y serena, siempre pronta a ayudar al prójimo. Seamos buenos y hagamos el bien. Es una tarea ardua, pero fascinante, que vale la pena llevar a cabo en la vida. El hombre verdaderamente bueno es un luchador. La bondad y el bien son fruto de un esfuerzo decidido y tenaz, no el mero resultado de la pasividad.
En la vida esos seres, los buenos,  aparecen en el medio de las piedras como una espiga nueva que alimenta o como un hilo de agua fresca que puede componer tu sed. El buena gente es una luz amiga que siempre brillará en el medio de la oscuridad. Buena gente que se anima a enfrentar por una flor a miles de espinas. Buena gente es quien se arrima al que llora, al que tropieza y se lastima. Es quien en medio del naufragio puede aparecer con una tabla salvadora. Pero cuando esas personas aparezcan, cuando las encuentres entonces di: Como apareció esa mano que me diste ayer así te doy yo mi mano ahora.





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