viernes, 18 de febrero de 2011

Contra el mosquito y contra los norteamericanos.


La fiebre amarilla se conoció en Cuba en 1762 y en lo adelante produjo un  considerable número de víctimas. La misma llamó la atención del doctor Carlos J. Finlay quien descubrió al mosquito Aedes Aegypti como el agente transmisor. Tenía 47 años cuando descubrió y proclamó su teoría ante el mundo un 18 de febrero de 1881.

En toda Cuba se recuerda al notable sabio de diferentes maneras. En Banes se develó una estatua en su honor el 24 de febrero de 1953, idea de los estudiantes banenses. Refería el periodista Rolando Gómez de Cárdenas que  para ejecutar la obra se recaudaron fondos en las escuelas públicas y privadas. A la causa contribuyeron estudiantes, maestros y personalidades.
Una vez terminada la obra por un escultor de apellido Suárez la misma fue colocada a la cabeza del puente sobre el Río Banes entonces división entre el pueblo y la comunidad de la United Fruit Company.
La estatua del insigne científico fue colocada de frente a la parte norteamericana como un recordatorio de que este cubano era el verdadero descubridor del agente transmisor de la fiebre amarilla. Con el paso del tiempo el busto fue movido a otros lugares  hasta ocupar nuevamente el lugar inicial como muestra histórica de su aporte a las ciencias y del amor patrio de los hijos de este pueblo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario