Esperando a Matthew.
Por Orestes Díaz.
La incertidumbre enloquece, la espera desespera y cuando la
visita no agrada el tiempo se torna peor. Ese es el estado de los orientales
que estamos atentos a cada sonido de la radio o imagen televisiva para saber qué
trayectoria lleva el fortísimo Huracán Matthew. Anoche viví una imagen triste
pero salvadora. Dos abuelos, bien mayores, con maletines, una hija
acompañándoles y un pequeño nieto con un colchoncito a cuestas. Parecían
hormigas moviéndose en la oscuridad de la noche buscando otra guarida que no fuera
su casa. Ellos viven cerca de un río el cual debe crecer en pocas horas debido
a las lluvias del fenómeno. Alguien les abrió las puertas bajo un techo seguro.
Así somos los cubanos.
Banes hoy no está muy elegante, pocas personas en las
calles, muchos comercios, cerrados, casi todos incluyendo los privados. Las
ventanas tapadas con planchas metálicas, nailon, cartones, yaguas y cuantas
cosas puedan parar la lluvia impulsada por los vientos.
La gente buscó comida que no se descompusiera rápido, hoy
quitarán el fluido eléctrico, es una precaución ante el inminente paso de los
vientos. Muchos techos tienen encima varas y sacos con arena, tierra o graba
para que el aire no arranque las planchas de las cubiertas. Los fogones de
querosene, carbón y otros inventos están a punto. No sabremos qué tiempo tarde
el sistema energético en poner otra vez el servicio. En Banes la inmensa
mayoría cocina con hornillas eléctricas. Los vientos deben derribar postes y
arrancar conductores.
Los colchones son puestos en la parte más segura de la casa,
los equipos electrodomésticos como televisores, pc y DVD son llevados a la casa del vecino que tiene
vivienda con cubierta de placa. Hoy la gente hace almuerzo y comida por la
mañana, se comerá de noche, alumbrados con velas, otros no lo harán, el susto
no da hambre, quizás solo un trago de café. Habrá quien fumará un cigarrillo
tras otro buscando calmar los nervios. Lo peor es que Matthew no llega.
Contradicciones del destino, no lo quieren pero a sabiendas de que pasará es
mejor que lo haga rápido. ¡De lo malo salir ya! Dijo alguien.Pero él viene
lento, moliendo, como una inmensa sierra de la cual no podemos escapar. La
inocencia de los chicos ríe, la responsabilidad de los mayores se oculta para
no mostrar la preocupación y la incertidumbre de ¿Qué pasará? Es la vida seccionada en escenarios que para
nosotros los banenses se torna trágica cada cuatro años, en los años bisiestos.
Una rápida cronología: 2008, 2012 y 2016. Primero Ike, luego Sandy y ahora
Matthew que es el próximo visitante no deseado.
Solo quedó el amor. |
Hay seguridad en lo realizado, hay fe, hay esperanza, hay
atención y amor a la familia, unos creen en algo, otros hablan, alguien piensa
encorvado comparando esto y aquello, el Flora, contra el Ike, hay memorias que
no han vivido mucho y esta será su primera experiencia. Pero la capacidad de aferrarse a la existencia
y triunfar es típica de los humanos. El gran remolino de aire y agua tumbará
viviendas, arrancará sembrados, desbordará ríos y embalses. Ojalá que no deje
muertes y en Banes no arrastrará las convicciones.
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