Encontremos la luz interior. |
Doctrina y acción de la mano.
Por Orestes Díaz
La visita del Papa es historia. La mayoría le siguió,
entendió, y simpatizó con su prédica. Ahora corresponde interpretar, razonar,
procesar lo vivido y actuar acorde a la doctrina de Francisco, que es la misma de
Jesús y de las santas escrituras; o lo que también es igual, dar valor a la
vida, la justicia y a las relaciones humanas en todas las esferas. Debemos
actuar como seres pensantes, sin malicia ni rencores. Y con esto no descubrimos
un nuevo continente; es ir a las raíces de un camino que los humanos exigen,
pero por el que no todos quieren andar.
El amor en la familia decide. |
Cristiano, católico o comunista, supuesto neutral o musulmán,
todos podemos ser mejores, sin condicionamientos, entregando lo mejor, sin
pedir nada a cambio.
Cuando todos dan, no hay que pedir, así de sencillo en teoría
y difícil en la práctica generalizada. Son tiempos de cambios de mentalidad, en
lo social, en lo individual, en lo universal. Aprender es maravilloso, no
importa que sea de la Santa Biblia, del Capital o de las manifestaciones
netamente artísticas, y si se hace de todas juntas, mejor.
Francisco y su mensaje bíblico no traen un universo nuevo, sino
más bien pretenden crearlo. Su visita atrajo miradas, motivó a que algunos abrieran los ojos y el corazón. Él enseña el
camino a quienes nunca habían mirado en esa dirección. No considero que pida condiciones
para ello; sino que reclama actuar mediante estímulos positivos y motivaciones;
es la búsqueda incesante del hombre nuevo, sin olvidar lo viejo, para no perder
la historia y para que no exista abandono de los más jóvenes hacia los
predecesores.
Hay que amar a todos y ser flexibles con la vida. |
En estos nuevos tiempos hay que ser condescendientes, tener
luz larga y no perder jamás el agradecimiento, ese gesto tan humano que nos
distingue como cubanos. Manifestar gratitud no es humillante, es de
inteligentes. Sabemos que de todos los sentimientos humanos, el más efímero es precisamente
la gratitud.
La vida te hace pasar por diferentes situaciones,
sentimientos y estados de ánimo. Debes ser agradecido por lo que tienes. El ser
agradecido en la vida da poder. El poder de convertir las dificultades en oportunidades, los
problemas en soluciones, las pérdidas en ganancias y sobre todo, de estar
siempre rodeado de personas que te pueden hacer feliz. El agradecimiento no es
pagar una deuda, es reconocer la generosidad ajena y reproducirla en lo posible.
Esta visita papal reafirma nuestros sueños pero con otro
lenguaje. Es dar amor para encontrar amor. Dígase y váyase en paz.
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