Marcha atrás de relaciones de EE.UU. hacia Cuba tendría saldos negativos.
Así lo considera el titular de la coalición Engage Cuba, James Williams, quien manifestó que un desmontaje de las políticas implementadas a partir de la administración de Barack Obama (2009-2017) sería malo para los pueblos estadounidense y cubano, y para el propio jefe de la Casa Blanca.
Si la política se revierte, la comunidad empresarial norteamericana puede perder significativamente, sobre todo en el tema del comercio, expresó en entrevista con Prensa Latina.
Williams, cuya organización promueve en círculos políticos y empresariales el levantamiento del bloqueo económico, comercial y financiero impuesto por Washington a la isla, resaltó los resultados de un reporte que elaboró recientemente Engage Cuba junto a otras agrupaciones, economistas y expertos.
Tal informe refirió que cambiar el rumbo del proceso con la nación caribeña costaría a la economía de Estados Unidos seis mil 600 millones de dólares y más de 12 mil puestos de trabajo, en áreas como las del alojamiento y turismo, agricultura, manufactura y comercio, entre otras.
Ante ese tipo de pronósticos, llamó la atención sobre el hecho de que si bien Trump se dice un presidente interesado en promover el empleo y quitar regulaciones que frenen el crecimiento, una reversión con Cuba sería lo opuesto a eso.
Por lo tanto, no sería Estados Unidos primero, como defiende el gobernante, sino último, expresó el titular.
En el diálogo se refirió a una encuesta divulgada esta semana según la cual el 65 por ciento de los norteamericanos quiere que la apertura continúe.
Incluso, subrayó, el 64 por ciento de los votantes republicanos también está a favor de avanzar con las medidas de los últimos años, las respaldan dos tercios de su partido, y el presidente igual pretende deshacerlas, apuntó.
De acuerdo con Williams, esa regresión ni siquiera es apoyada por los cubanoamericanos en el sureño estado de Florida, pues los sondeos más recientes mostraron que el 63 por ciento de los radicados en el condado de Miami-Dade se oponen al bloqueo.
'Entonces se trata de algo que va en contra de la comunidad empresarial, del deseo de republicanos, independientes y demócratas, de los cubanoamericanos, de la mayoría del Senado; la única conclusión es que hay algo más que está sucediendo, algún tipo de comercio político entre bastidores', afirmó.
Señaló que aún no se saben los detalles del anuncio que se espera para mañana en Miami, pero pueden sacarse algunas conclusiones de hacia dónde estará dirigido por tratarse de un plan influenciado por el senador Marco Rubio y el congresista Mario Díaz-Balart.
A decir del titular de Engage Cuba, pareciera que ambos legisladores le vendieron a Trump la historia de que la reversión le gustará a la gente, 'pero creo que su equipo se está dando cuenta de que no será el caso'.
El número de personas que quiere continuar el acercamiento, en comparación con quienes desean echarlo atrás, muestra casi una proporción de 100 a uno, estimó Williams, quien agregó que esa no es una buena posición para estar como político.
Sobre la probable repercusión del anuncio, manifestó que corresponde esperar por los detalles, los cuales pueden incluir más restricciones a los viajes de los estadounidenses a Cuba, nuevas limitaciones comerciales, o cuestiones que vayan desde el envío de remesas hasta la agricultura.
No sabemos cuán severo y abarcador resultará, añadió el presidente de la coalición, quien indicó, asimismo, la posibilidad de que el discurso de mañana sea más bien un paso retórico que cambios regulatorios concretos.
Pero advirtió que Rubio y Díaz-Balart deben estar presionando muy fuertemente a la Casa Blanca para que no sea solo un acto simbólico, sino que traiga medidas específicas.
Interrogado acerca del impacto que esta cuestión podría tener en el Capitolio, donde se han introducido varios proyectos de ley sobre los viajes y el comercio con el territorio antillano, Williams estimó que, por un lado, podría envalentonar a algunos legisladores.
Muchos miembros del Congreso sienten que sus voces no se escucharon en el proceso de revisión de la política hacia Cuba, sentimos el enojo de republicanos que piensan que la Casa Blanca no los tomó en cuenta, quizás eso los motivaría más a presionar y querer avances.
Pero también se refirió a la posibilidad de un efecto de enfriamiento en otros legisladores que no quieran estar en contra de la administración.
En torno a lo que vendría tras el anuncio, adelantó que Engage Cuba analizará las regulaciones concretas a adoptar en lugares como los Departamentos del Tesoro y Comercio, y tratará de sumar expertos a esas negociaciones, para que los criterios de los interesados puedan escucharse.
Apuntó que ese proceso de retroalimentación será vital durante las próximas semanas, y dijo que continuarán el trabajo en los estados, donde ha habido un respaldo creciente en todas partes, 'desde Michigan hasta California, Idaho, Arkansas o Texas'.
Según Williams, las personas están deseosas de que el acercamiento continúe, excitadas por las oportunidades que trae, y lo que pueda suceder este viernes es un llamado a redoblar los esfuerzos.
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