A pesar de sus logros económicos, China sigue siendo el mayor país en desarrollo del mundo, dijo un economista chino.
China aún tiene un bajo producto interno bruto (PIB) per cápita, lidia
con una disparidad urbano-rural persistente y es débil en competitividad
industrial e innovación tecnológica, escribió en un artículo reciente
Wang Yuanhong, un economista del Centro Estatal de Información.
"Debemos observar tanto el agregado económico como las cifras per
cápita cuando midamos el nivel de desarrollo real de un país", declaró
Wang.
A pesar de ser la segunda mayor economía del mundo, el PIB per cápita
de China en 2016 era de sólo 80 por ciento del promedio mundial, una
séptima parte del de Estados Unidos y se ubicaba en el lugar 68 a nivel
global.
"El gasto de consumo per cápita chino era de sólo 2.506 dólares en
2016, menos de la mitad del promedio mundial y sólo 7 por ciento del de
Estados Unidos", agregó.
El coeficiente Engel, que mide los gastos en alimentos como una
proporción del gasto familiar total, se ubicaba en 29,3 por ciento en
China, mucho más alto que en economías desarrolladas.
"Eso significa que los chino aún tienen que gastar mucho en las
necesidades básicas y su gasto en cultura, atención médica,
entretenimiento y turismo es mucho menor que el de la gente en países
desarrollados", dijo Wang.
"La estructura industrial china necesita modernizarse", dijo Wang. "La
proporción del sector primario es demasiado grande y la manufactura...
sigue siendo baja en la cadena de valor global. La proporción de
servicios intensivos en conocimiento es pequeña", agregó.
Wang dijo que China sigue siendo "un seguidor en innovación
tecnológica", con negocios inadecuados en investigación y desarrollo.
"Ochenta por ciento de la tecnología clave, la mayoría de equipo de alta
gama y los componentes claves dependen de las importaciones", precisó.
A pesar de la nueva tecnología, los productos y modelos de negocios
emergentes, China aún tiene que completar la construcción de un modelo
de crecimiento impulsado por la innovación, dijo Wang.
China, a diferencia de los países desarrollados, presenta desequilibrio
en el desarrollo regional y disparidades urbano-rurales, indicó el
economista.
La disparidad de los ingresos per cápita de la gente entre provincias
puede ser hasta cuatro veces más grande y sigue existiendo una marcada
brecha en infraestructura y servicios públicos entre ciudades y aldeas.
"El índice de urbanización de China era de sólo 58,52 por ciento en
2017, muy por debajo de alrededor de 80 por ciento de los países
desarrollados", agregó.
En comparación con los países desarrollados, China está rezagada en
muchas otras áreas, incluida protección del medio ambiente, la
efectividad de la inversión y la supervisión del mercado, dijo Wang.
"Alguna gente en el país y en el extranjero juzga mal la etapa de
desarrollo de China... pero debemos ser lúcidos", señaló.
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