Al atacar a Siria, Donald Trump mismo complicó las próximas
conversaciones con Pyongyang sobre las armas nucleares, opina James
Griffiths, autor del artículo para CNN. Según varios analistas
estadounidenses, ahora le costará mucho más convencer a Kim Jong-un de
que abandone su programa nuclear.
De acuerdo con el vicepresidente de la empresa analista Stratfor, Rodger
Baker, precisamente este tipo de acciones de EEUU hacen que Pyongyang
continúe con su programa nuclear.
"Pues esta es la verdadera razón por la que Corea del Norte quiere
tener armas nucleares. Cree que así reduce la probabilidad de ataques
punitivos de este tipo", cita el autor al experto.
De hecho, Pyongyang utilizó las intervenciones de Estados Unidos por
todo el mundo como excusa para desarrollar su programa nuclear, recuerda
el periodista. Según Griffiths, el Gobierno de Corea del Norte
considera las armas nucleares como "un mecanismo vital para contener
cualquier intento de cambiar el régimen por parte de Washington".
Esta opinión la comparte también el director de Inteligencia Nacional de la Administración Trump, Dan Coats.
"[Kim Jong-un] observó lo que está sucediendo con los Estados que poseen
arsenal nuclear y qué influencia tienen. Así se dio cuenta de que un
as nuclear en la manga permite conseguir un serio potencial en términos
de disuasión", observó Coats el año pasado.
El autor del artículo recuerda que en diciembre de 2003, tras varios
meses de negociaciones, el líder de Libia, Muamar Gadafi aceptó
abandonar el desarrollo de programas de armas biológicas, nucleares y
químicas y se convirtió en socio de Occidente en la "guerra contra el
terrorismo" que estaba ganando impulso.
Sin embargo, para marzo de 2011, Londres y Washington cambiaron su
actitud respecto a Gadafi y la OTAN apoyó a los rebeldes que actuaban en
su contra. Solo unos meses más tarde, Gadafi fue ejecutado.
Por lo tanto, el Ministerio de Exteriores de Corea del Norte calificó
entonces la campaña libia de la OTAN de "lección sombría" de que hay que
ser fuertes para preservar la paz.
Otro ejemplo de este tipo de política estadounidense es la actitud
crítica de la Administración Trump hacia el acuerdo nuclear con Irán,
firmado con el país persa por el anterior presidente de EEUU, Barack
Obama. En 2015, Teherán aceptó limitar su programa pacífico para el
desarrollo de la energía nuclear a cambio de una debilitación de las
sanciones. Sin embargo, Trump declaró que el acuerdo tenía "horribles
defectos" y amenazó con abandonarlo, si Irán seguía probando misiles
balísticos, que no formaban parte del trato inicial.
No hay comentarios:
Publicar un comentario