El primer ministro Shinzo Abe canceló un viaje al extranjero a causa de la catástrofe natural, dijo una fuente del partido gobernante. El viaje lo habría llevado a Bélgica, Francia, Arabia Saudí y Egipto a partir del miércoles.
La lluvia comenzó a amainar en una región azotada por los aguaceros, revelando unos cielos azules y un sol abrasador, con pronósticos que elevan las temperaturas a más de 30 grados centígrados, alimentando el temor a que se produzcan olas de calor en áreas que se quedaron sin electricidad o acceso al agua.
“No podemos bañarnos, el inodoro no funciona y nuestras reservas de alimentos se están agotando”, dijo Yumeko Matsui, cuya casa en la ciudad de Mihara ha estado sin agua desde el sábado.
“El agua embotellada y el té embotellado se han acabado en las tiendas”, dijo Matsui, que trabaja en una guardería, en un centro de emergencia para el suministro de agua.
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El número de víctimas se situó en al menos 110 personas después de que las inundaciones forzaran a varios millones a abandonar sus hogares, dijo la televisión pública NHK, lo que supone la peor catástrofe de inundaciones desde que 117 personas murieran por unas intensas lluvias en 1983.
Había otras 79 personas desaparecidas, dijo la NHK.
Aunque las lluvias continuas habían finalizado, las autoridades advirtieron sobre lluvias repentinas y tormentas eléctricas, así como el riesgo de nuevos derrumbes en unas escarpadas montañas.
La actividad industrial también se ha visto afectada. Mazda Motor Corp dijo el lunes que se vio obligada a cerrar sus oficinas en Hiroshima el lunes.
El fabricante de automóviles, que suspendió las operaciones en varias plantas la semana pasada, dijo que la suspensión de actividad continuaría en dos plantas hasta el martes porque no puede recibir componentes, aunque no ha sufrido daños en sus instalaciones.
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