Jorge Fernández, alias Curro. |
El día antes que Curro se curara la rodilla dejó un pantalón
colgado a un clavo en la pared. El día cero lo tomó, se lo puso nuevamente,
salió cojeando con su adolorida rodilla
y ¡Zaz! Allá vino el tremendo picazo de un escorpión adulto en la articulación afectada.
“Me dije: ahora sí quedé inválido, pensé que más nunca iba a
caminar” Afirma este banense de más de 70 años de edad.
Roberto García se pone escorpiones en la rodilla enferma. |
En Línea Nueva, barrio rural del municipio de Banes, vive
Roberto García, un sobrino de Curro, quien encuentra placer en los libros y
periódicos. “A mí me gustaba leer los “Sputniks” –antigua publicación soviética
parecida a la Rider Digest- y en una ocasión leí sobre el “ordeño” que le
hacían en la URSS a los escorpiones y sobre los efectos que tenía el veneno. La
rodilla derecha a veces me duele y un día, después de escuchar la historia de
Curro, decidí probar suerte y cuando encontré un alacrán me lo puse en la
rodilla, a los pocos días me trajeron otro y me lo puse también y estoy bien“
En Cuba actualmente se desarrolla la crianza de escorpiones,
principalmente el azul, para la fabricación de medicamentos anticancerígenos a
partir de su veneno.
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