Por Orestes Díaz.
El sábado el niño Alfredo Yunior Sánchez Aguilera no tenía
clases y optó por uno de sus hobbies: ayudar con los animales domésticos a su
padrastro Wílmar Nieto Rodríguez. No pensaron que ese sería un día milagroso y
al mismo tiempo de susto para la familia.
Mientras el pequeño de 12 años de edad miraba como fumigaban
a las reses contra los insectos uno de los cuadrúpedos tiró fuerte de la soga que
estaba enredada con un poste y ahí vino el dardo.
“La estaca de hierro que estaba amarrada al otro lado de la soga salió de donde
estaba atorada y como una flecha le dio de punta al niño. Él gritó papito la
vaca me mató” narra Wílmar.
La estaca salió por la parte exterior del muslo. |
Desde entonces Alfredo Yunior se encuentra ingresado en el
Hospital Clínico Quirúrgico Carlos Font Pupo del municipio holguinero de Banes.
Allí ofreció los detalles “la varilla voló
y me atravesó el pene, la bolsa
(escrotal) y la pierna izquierda”.
A los gritos del padrastro un vecino al que llaman Pepe
corrió y extrajo el punzante objeto que
afirman tiene aproximadamente unos nueve milímetros de diámetro.
Wílmar padece de una parálisis en su lado izquierdo por lo
que el auxilio lo hicieron otras personas “un policía de tránsito rápido paró
un transporte y lo enviaron para el hospital”,
donde dice el adolescente que le atendieron con urgencia, “me pusieron
anestesia, me cogieron puntos y luego me
pasaron medicamentos por vena como un suero. Lo mejor es que no tuvieron que
operar”.
Alfredo Yunior vive en la comunidad rural de Los Negritos, en
el Consejo Popular de Los Pinos, cursa el octavo grado en el centro Mixto José
Ramón Quintana y ama su entorno: “me gustan los animales y el ajetreo del campo”.
Pero este no es el primer percance en su afán de imitar a los adultos ya una
vez sufrió una herida en una rodilla con un machete al tratar de picar un coco.
Durante las primeras horas, luego del incidente, el
accidentado presentó fiebre y hoy se haya estable, con buen semblante y
caminando. Las partes afectadas se encuentran bien y prácticamente sin
inflamación. “Orino normal, no me arde ni nada, ya estoy bien” concluye el
chico quien en lo adelante, y a opinión muy personal de este reportero, debe
tener un poco más de cuidado en sus andanzas como futuro hombre de campo.
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