sábado, 25 de julio de 2015

Donde la caña es un dulce eslabón.

Campos de Santa Inés.

Donde la caña es un dulce eslabón.
Por Orestes Díaz.
El sol a las tres de la tarde arde en las tierras de la Unidad Básica de Producción Cooperativa de Santa Inés, una de las áreas del macizo cañero del municipio de Banes, sin embargo la gramínea se yergue desafiando la sequía y las altas temperaturas. Las hormigas y grillos que cohabitan el entorno se guarecen en el refugio que ofrece la paja o en los tocones quedados de la pasada zafra.
La caña de azúcar debió hacer una larga expedición desde Asia con la expansión musulmana hasta el continente europeo. Los españoles luego la traerían a América. Ello demuestra la alta capacidad de resistencia y adaptación del dulce junco a disímiles climas y clases de suelos.

Raciel Portales Utria es jefe del lote número dos, un hombre cercano a los 40 años, vestía de mangas largas, afeitado y de hablar lento, un campesino moderno que conoce la caña de azúcar “nuestro trabajo es alcanzar mayores producciones de cañas y otros alimentos integrales para el consumo de los trabajadores como viandas, granos y frutas. También tenemos que trabajar más para asegurar el pasto de los animales de labor. Sembramos frijol Caupí, boniato,  yuca, plátano vianda y media hectárea de plátano fruta”.
Manuel y Raciel de derecha a izquierda.
Manuel Ramírez, presidente de la cooperativa, mantiene la unidad en torno a los campos, los cuales están limpios y con las atenciones culturales. “Nuestros trabajadores tienen su casa de descanso y tratamos de ofrecerles una buena atención aquí en el mismo campo. Tenemos más de 1400 hectáreas sembradas de cañas, el resto es de ganadería, frutales, forestal y cultivos varios” y aunque la sequía afecta la gente sigue apegada al cultivo, es una cultura de campo que se formó de siglos con el sudor de quienes primero pusieron los pies en esta zona que antes fue de un pueblo originario llamado cacicazgo Baní y que luego fue extinguido con la llegada de quienes trajeron la caña de azúcar.
Así irónicamente el primer eslabón cultural viviente desapareció para dar paso a otro, a la caña, que hoy en Santa Inés cultivan los banenses y que obligatoriamente es parte de nuestra identidad por todo lo que representa para Cuba.


No hay comentarios:

Publicar un comentario