La playa es una buena opción. |
Fifa 2015, Naruto Shippuden, GTA o Minecraft son algunas de las opciones
recreativas de los jóvenes en este verano. A solas, en dúos o en grupos se conforman los onces titulares y se
aplauden jugadas. Otros trazan estrategias de defensa y ataque con objetivos
bien definidos. Las armas a tomar pueden
ser múltiples y el día transcurre, los adictos a los videojuegos ni sienten
pasar el tiempo. Los padres a las dos de la madrugada tienen que presionar para
que abandonen el monitor y vayan a la cama.
Otros dejan la piel en el campo de futbol, hay quienes van a la playa,
visitan parientes en otras localidades y una minoría lee un buen libro. Los
papalotes pasaron de moda, también el montar bicicleta, pescar o sentarse en un
parque. Hacemos la vida más difícil. Enamorarse para algunos ya no constituye
un reto, es tan fácil conseguir el sí que a veces ni se pide.
Leer es posible en cualquier lugar. |
Y por qué? La culpa no es del desarrollo cibernético, ni de Einstein, Lenin
o Mahatma Gandi. Quizás de la adopción de patrones foráneos, de otras culturas,
tal vez de la funcionalidad de la existencia o de la flexibilidad entre las
relaciones humanas.
Los trompos, las bolas, cartas, ajedrez y dominó son apuestas para unos
pocos, escribir para casi nadie, tener palomas u otras mascotas pueden ser
opciones sanas pero esos pasatiempos no se venden por los medios de difusión y
cuando se hacen están destinados a la violencia como las peleas de perros y las
apuestas.
Por el contrario, fumar a escondidas o en público, es como alcanzar la
fruta prohibida, las bebidas alcohólicas para algunos es la máxima expresión de
libertad y hombría independientemente del género. El sexo muchas veces, casi
siempre, sin amor ni preservativos.
Los hechos vandálicos por su parte acechan, las enfermedades también, las
consecuencias y los accidentes van de la mano. ¿Dónde está el raciocinio, qué
se hizo el liderazgo de quienes lo tienen en el barrio, el centro de labor y
esa familia que, como Poncio Pilatos, se lava las manos para echarle culpa a la
escuela, al gobierno, a la policía, a la sociedad y a cuantas figuras reales o ficticias
existan. Incluso hay quien busca a un culpable bíblico o en el pasado histórico.
El verano es buen momento para recrearse de
manera sana. Recuerda que tu vida es la mayor empresa del mundo y como
dueño puedes evitar que ella vaya en decadencia. No es ser un conformista,
tampoco exigir un cielo sin tempestades, caminos sin accidentes, trabajos sin
cansancio ni relaciones sin decepciones.
Tratemos de ser felices para bien personal
y social. Recordemos que ser feliz es reconocer que vale la pena vivir a pesar
de todos los desafíos, incomprensiones y períodos de crisis. No es una
fatalidad del destino, sino una conquista de quien sabe viajar para adentro de su
propio ser. Puede que por no acatar las malas reglas del grupo alguien caiga
mal o sea excluido. A esas personas les ofrezco una cita del alemán Herman Hess:
“Quien no encaja en el mundo, está siempre cerca de encontrarse a sí mismo”.
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